La asertividad es respeto hacia uno mismo, es decir,
expresar las necesidades propias y defender los propios derechos, así como
respeto hacia los derechos y necesidades de las otras personas.
Me respetas, te respeto.
TÉCNICAS ASERTIVAS DEFENSIVAS
Perseverancia: el Disco Rayado
¿A qué te das por vencido cuando te imponen algo? ¿A
que eres incapaz de decirles que no aun cuando ves que lo que están haciendo es
injusto contigo? Un viejo truco: Repetir
una y otra vez lo que queremos, sin enojarnos, irritarnos, ni levantar la voz.
¡Y sin dar explicaciones o excusas, que nos culpabilizarían! No debemos temer
acabando sonando como un viejo vinilo rayado.
Repita su punto de vista con tranquilidad, sin
dejarse ganar por aspectos irrelevantes (Sí, pero… Sí, lo sé, pero mi punto de
vista es… Estoy de acuerdo, pero… Sí, pero yo decía… Bien, pero todavía no me
interesa).
De esta forma les damos a entender que no estamos
dispuestos a dejar que nos pisen, y al mismo tiempo impedimos que cambien el
tema de conversación para llevarnos a su terreno.
La Razón para los sin razón o con ella: el Banco de Niebla
Esperan que nos defendamos para poder atacarnos más
y más. Nos critican injustamente para que nos justifiquemos, con lo que
implícitamente les estamos dando la razón (el que se pica ajos come), o para
que les respondamos con otra crítica y les demos pie a ponernos de vuelta y
media.
Es importantísimo no defendernos ni
contra-criticarles. Simplemente, escuchemos lo que nos dicen, reconozcamos que
pueden tener razón, no negar lo innegable y exponer nuestro punto de vista.
Puede parecer que estamos siendo sumisos, pero es otra forma de confrontarles.
Cuando no reaccionamos de la forma que esperan es fácil que se desinflen tras
insistir un poco en lo mismo.
Esto es lo que David Burns llama la "técnica
desarmante". Primero, le decimos que tiene (o puede tener) razón en lo que
nos dice, pero nosotros pensamos de otra manera que le exponemos
inmediatamente. Así, le comunicamos que efectivamente hemos escuchado su
mensaje pero que no estamos dispuestos a renunciar a nuestros derechos porque a
ellos les parezca que tenemos que ser sus esclavos o ser sumisos. Por ejemplo,
es muy común que algunos jefes muestren este tipo de actitud impositiva, e
inciten a un cuadro de discusión innecesaria.
Cuando se dan cuenta que hemos fallado o cometido
una falta: la
Aserción Negativa
¿Y si "realmente" hemos hecho algo mal?
¿Si hemos vulnerado los derechos de otra persona (sin darnos cuenta, porque si
ha sido deliberadamente será que nos hemos pasado al otro bando) y ellos se dan
cuenta o son las víctimas? ¡Menuda nos espera! Ellos no asumen los errores: los proyectan
en los demás. Si además encuentran que el otro ha cometido una falta, les
ponemos en su situación favorita: criticar, criticar y criticar. ¿Qué hacer
cuando no tenemos escapatoria? Pues lo que ellos nunca harían.
Responder a la crítica admitiendo que ha cometido un
error, pero separándolo del hecho de ser una buena o mala persona. (Sí, llegué
tarde al trabajo. Por lo general, suelo ser más responsable).
Reconozcamos el error e incluso critiquémonos
nosotros mismos. "¡Qué increíble error por mi parte!" Al mismo
tiempo, tendremos que hacerle ver con nuestra actitud que el mundo no se acaba
porque nos hayan ganado la etapa en la misma línea de meta o seamos los que
menos vendemos en la tienda.
Buscar el Área de Conflicto: la Interrogación Negativa
Al igual que no debemos tener reparos en reconocer
que nos confundimos un montón de veces a la semana, tampoco debemos tenerlo
para explorar más profundamente el conflicto con esa persona. Así, cuando nos
critica se puede pedir aclaraciones, como diciendo "vamos a ver qué es lo
que no te gusta de mi comportamiento" mientras seguimos asumiendo que el mundo
no se acaba porque no le guste lo que hacemos.
Consiste en incitar a la crítica para obtener
información que podrá utilizar en su argumentación. (Entiendo que no te guste
el modo en que actué la otra noche en la reunión. ¿Qué fue lo que te molestó de
él? ¿Qué es lo que te molesta de mí que hace que no te guste? ¿Qué hay en mi
forma de hablar que te desagrada?)
Técnica para
procesar el cambio.
Desplazar el foco de la discusión hacia el análisis
de lo que ocurre entre su interlocutor y usted, dejando aparte el tema de la
misma. (Nos estamos saliendo de la cuestión. Nos vamos a desviar del tema y
acabaremos hablando de cosas pasadas. Me parece que estás enfadado).
Técnica de la
claudicación simulada
(Banco de niebla). Aparente ceder terreno sin
cederlo realmente. Muéstrese de acuerdo con el argumento de la otra persona
pero no consienta en cambiar de postura (Es posible que tengas razón,
seguramente podría ser más generoso. Quizá no debería mostrarme tan duro,
pero…).
Técnica de
ignorar.
Ignore la razón por la que su interlocutor parece
estar enfadado y aplace la discusión hasta que éste se haya calmado (Veo que
estás muy trastornado y enojado, así que ya discutiremos esto luego).
Técnica del quebrantamiento del proceso.
Responda a la
crítica que intenta provocarle con una sola palabra o con frases lacónicas (Sí…
no… quizá).
Técnica de la ironía asertiva.
Responda positivamente a la crítica hostil
(Gracias…).
Técnica del aplazamiento asertivo.
Aplace la
respuesta a la afirmación que intenta desafiarle hasta que se sienta tranquilo
y capaz de responder a ella apropiadamente. (Prefiero reservarme mi opinión al
respecto… No quiero hablar de eso ahora).
ESTRATEGIAS DE BLOQUEO
Resulta de utilidad prepararte contra ciertas
estrategias típicas que intentarán bloquear y atacar tus respuestas asertivas.
Algunas de las más enojosas son:
▪ Reírse. Responder a su reivindicación con un
chiste (¿Sólo tres semanas tarde? ¡Yo he conseguido ser todavía menos puntual!)
Utilice en estos casos la técnica para procesar el cambio (Las bromas nos están
apartando del tema) y la del disco roto (Sí…, pero).
▪ Culpar. Culparle a usted del problema (Haces
siempre la cena tan tarde que luego estoy demasiado cansado para lavar los
platos) Utilice la técnica de la claudicación simulada (Puede que tengas razón,
pero tú estás rompiendo tu compromiso de lavar los platos), o simplemente no se
muestre de acuerdo (Las diez es una buena hora para lavar los platos).
▪ Atacar. Consiste en responder a su afirmación con
un ataque personal del siguiente tipo: "¿Quién eres tú para molestarte
porque te interrumpan? ¡eres la fanfarrona más grande que conozco!" Las
mejores estrategias en estos casos son la técnica de la ironía asertiva
(Gracias) junto con la del disco roto o la de ignorar (Veo que estás de mal
humo, ya hablaremos más tarde).
▪ Retrasar. Su reivindicación es recibida con una
"Ahora no, estoy demasiado cansado" o "Puede que en otra
ocasión…" Utilice en estos casos la técnica del disco roto o insista en
fijar una fecha para discutir el asunto.
▪ Interrogar. Consiste en bloquear cada una de sus
afirmaciones con una serie continuada de interrogantes: "¿Por qué te
sientes así?… Todavía no sé por qué no quieres ir… ¿Por qué has cambiado de
opinión?" La mejor respuesta es utilizar la técnica para procesar el
cambio (Porque no es ese el problema. La cuestión es que no quiero ir esta
noche).
▪ Utilizar la autocompasión. Su reivindicación es
recibida con lágrimas y con la acusación implícita de que usted es un sádico.
Intente seguir adelante con su guión, utilizando la técnica del acuerdo
asertivo (Sé que te resulta doloroso, pero tengo que resolverlo).
▪ Buscar sutilezas. La otra persona intenta discutir
sobre la legitimidad de sus sentimientos o sobre la magnitud del problema,
etc., para así distraer su atención. Utilice en estos casos la técnica para
procesar el cambio (Nos estamos entreteniendo en sutilezas y apartándonos de la
cuestión principal), junto con la reafirmación de su derecho a sentirse como se
siente.
▪ Amenazar. Su interlocutor intenta amenazarle con
frases como esta: "Si sigues con la misma cantinela, vas a tener que
buscarte otro novio" Utilice en estos casos la técnica del quebrantamiento
del proceso (Quizá) y la de la pregunta asertiva (¿Por qué te molesta mi
petición?) También puede utilizar la técnica para procesar el cambio (Eso suena
a amenaza) o la de ignorar.
▪ Negar. Consiste en hacerle creer que usted se
equivoca: "Yo no hice eso" o "De verdad que me has
malinterpretado" Reafírmese en lo que ha observado y experimentado y
utilice la técnica de la claudicación simulada (Puede parecer que estoy
equivocado, pero he observado que…).
POR QUÉ FALLAN LAS TÉCNICAS ASERTIVAS
Las técnicas asertivas no
son la panacea, pero si las aplicásemos la manipulación no sería necesaria.
Cuando las empleamos con estas personas nos convertimos en modelos de una
conducta socialmente deseable que no está en su repertorio. De alguna manera,
les creamos una disonancia entre lo que son y lo que podrían ser, entre su
inseguridad agresiva y nuestra seguridad asertiva. Sin embargo, no por ello
dejan de emplear la manipulación con nosotros. Esto puede deberse a varias
causas:
Que estén en una situación de poder. Si van subidos
en el burro no van a tener ningún interés en bajarse. Esto puede suceder porque
no tienen más interés en la relación que el de aprovecharse, o bien porque
hemos tragado durante tanto tiempo que ahora nos tienen cogidos por el cuello.
Que nos generen tanto miedo que cuando se ponen
"en plan" nos veamos bloqueados y traguemos con tal de no sufrir sus
amenazas o su ira. En este caso no fracasarían las técnicas: Lo haríamos
nosotros mismos.
Que sean más que simples manipuladores y entren en
la categoría de "trastornos de la personalidad" del DSM-IV.
Los "cuelgues de teléfono": Si no
conseguimos establecer una conversación con ellos siempre ganan. Como dice el
refrán, "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio". Nada maltrata
psíquicamente tanto como que nos ignoren. Y si además tienen poder, se
descontrolan tanto cuando se cabrean que nos atemorizan y tienen algún
trastorno de personalidad...
REFORZAMIENTO DIFERENCIAL
Ellos sólo nos atienden si hacemos lo que quieren:
Se pasan una semana sin hablarnos si no accedemos a comprar lo que ellos
quieren o dan la callada por respuesta a nuestras quejas cuando nos sentimos
maltratados y simplemente pedimos un poco más de respeto. En cambio, nos
escuchan cuando les decimos lo santa que es su madre o lo bien que hacen las
cosas en su trabajo. Lo único que tienen claro es que tenemos que convertirnos
en sus muñecos y les da igual el daño que nos hagan, sólo que produzcamos. Al
final, siempre acaba siendo una cuestión de dinero.
El manejo diferencial de la atención puede ser tan
útil para nosotros como para ellos. Sólo tenemos que convertirnos en
reforzantes. De alguna manera, ellos se hacen "imprescindibles" para
nosotros, y pueden permitirse el lujo de ignorarnos, escucharnos, ponernos
buena o mala cara en función de lo que hacemos. Si nosotros pudiésemos hacer lo
mismo, tendríamos un arma más poderosa que las técnicas asertivas.
Aquí entra en juego nuestra imaginación: ¿Qué
tenemos de interesante para ellos? Puede haber muchas cosas. Tal vez sea
simplemente sexo (el legal es complicado conseguir fuera de la pareja
contratada), disponibilidad de tiempo libre para pasearlos, o capacidad de
trabajar para ellos. Aunque la situación social sea complicada para nosotros,
aunque hayamos puesto mucho más que ellos en la relación, siempre tendremos una
parcela que les interese y que sea exclusivamente nuestra. Pues utilicémosla.
Trabajemos sólo cuando nos respetan y nos miman. Probablemente no podamos hacer
nada para evitar que se gasten todo el fruto de nuestro trabajo, pero sí esas
otras cosas. Utilicémoslas.
Ser asertivo no significa querer llevar siempre la
razón, sino expresar nuestras opiniones y puntos de vista, sean estos correctos
o no. Todos tenemos también derecho a EQUIVOCARNOS.