domingo, 23 de septiembre de 2012

ANÁLISIS CONDUCTUAL APLICADO



             
CENTRO DE INVESTIGACIONES
 PSIQUIATRICAS  PSICOLOGICAS  Y  SEXOLOGICAS DE VENEZUELA


 TRIPLE RELACIÓN DE CONTINGENCIA
Y  CONDUCTAS PROBLEMAS






VALENCIA, 23 DE SEPTIEMBRE 2012

Con la finalidad de determinar  qué tipo de conducta problema está presente se requiere como parte del proceso de evaluación  hacer un análisis detallado para determinar cuál es la conducta que realmente se desea abordar, recordando que somos eres integrales interrelacionándose desde el punto de vista biológico como social, a lo cual se suma el cómo se sienten con respecto a esta interacción, sería el resultante psicológico.
Recordando que una de las funciones del orientador es la de mediar o facilitar los procesos de aprendizaje que lleva a la persona a cambiar o modificar su repertorio de conductas no adaptativas.



ANÁLISIS CONDUCTUAL APLICADO


TRIPLE RELACIÓN DE CONTINGENCIA
UNIDAD  DE ANÁLISIS DEL COMPORTAMIENTO  QUE  PERMITEN  DETERMINAR  EL  REFUERZO CONTINUO DE LA CONDUCTA


DATOS DE IDENTIFICACIÓN DEL CASO PRESENTADO EN EL VIDEO
Nombre: Rubén     Apellidos: Desconocido   Edad: Aprox. 9 años
Grado: No se sabe  Padres: Pilar y José  
Aparentemente ocupa el  2do lugar de tres hermanos.
Nivel socioeconómico estable en apariencia.




ESTIMULO
RESPUESTA (CONDUCTA)

CONSECUENCIA

En el hogar, la madre supervisa las tareas de Rubén por no hacerlas le castiga sin videojuegos.
R. igual va a jugar videojuegos con su hermano D. quien lo incita a desobedecer.
El niño insiste  en querer jugar videojuegos y empieza a jugar con otros objetos y el coche de su hermanito menor.

La madre le llama la atención y lo manda nuevamente a hacer sus tareas
El niño molesto pregunta ¿por qué?
La madre le ordena “porque lo digo yo y se acabó”.

Al llegar la visita R. adopta conducta inusual (saltar como conejo)  en el piso e insiste en que lo dejen jugar los videojuegos.

La madre pacientemente le indica que se siente con sus hermanos en el sofá.
R. dice que no por no dejarlo jugar nintendo. Y ofende a la madre hasta llamarla embustera.
R. se arrincona hasta que aparece su madre a levantarlo del suelo y sigue forcejando con él por llevarlo a hacer sus tareas y le recuerda que está castigado y le da igual todos sus argumentos de querer jugar. E insiste reiteradamente en que no jugará, llevándolo a la fuerza al área de estudio.

R. enfático le grita que no ¿contenta? Que no quiere leer y cierra los libros.
Madre le dice que le da igual lo que él quiera y lo sienta a juro a lo que sigue el rechazo de R. y sale corriendo sabiéndose perseguido por su madre.
La madre lo persigue correteándolo por la casa molesta, mientras el niño lo disfruta y ríe. Lo sienta otra vez y nuevamente corre detrás de él.


La madre lo enfrenta y el niño la desafía diciéndole que ella no manda.
La madre demuestra agotamiento y cansancio e insiste en que se ponga a estudiar y le pregunta al niño ¿ahora que va a hacer?
El niño sale a correr nuevamente y la madre atrás.
Aunque están castigados la madre los lleva al parque
Los niños corren y juegan en el parque
En casa persiste el desorden, el juego, R. sigue haciendo lo que quiere y no obedece órdenes de ninguno de los padres.



CONDUCTA  PROBLEMA:  

DESOBEDIENCIA – IRRESPETUOSO - NO TIENE HABITO DE ESTUDIO
Ocasionada por perdida de la autoridad por parte de los padres. No hay buena comunicación ni entre los padres entre  ni ente los padres e hijos.
El no establecer límites,  desencadena en desobediencia, falta de hábitos por parte de los hijos e imitación de modelos inadecuados por parte de los hermanos menores quienes copian e imitan patrones inadecuados de conductas.
Si el niño siente que ocupa el mismo lugar de los padres o que tiene los mismos derechos no hará caso a indicaciones dadas por ellos. Y viene la perdida de la autoridad. Cuando Pilar racionaliza con R. le da explicaciones, insiste con impaciencia, originando un desgaste tanto físico como emocional.
Es más fácil que el niño aprenda basado en las consecuencias de sus decisiones y acciones (responsabilidad)  sobre todo cuando está en edad de comprender las órdenes que se le dan y de reconocer quien o quienes tienen la autoridad y aprenden a respetarla cuando se les cumple con lo que se les dice y no solo es una amenaza momentánea.
De esta forma el niño aprende que todo acto en la vida tiene sus consecuencias y no que tendrá unos padres que le resuelven los problemas en los que se vea inmiscuido dándoles solución.


CONDUCTA META:  

OBEDIENCIA: Si el niño quiere algo debe ganarlo, si no obedece obtendrá consecuencias del no obedecer, ya sea no jugar videojuegos, no salir al parque, no ir al futbol. Si luego se saca al parque en señal de cansancio y obstinación, señal de no poder más con ellos, ya sabrán que hacer para obtener salidas, premios no ganados se convierte la madre en una reforzadora negativa que aumenta y da firmeza a conductas inadecuadas, dándoles el mensaje de que es haciendo lo inadecuado que se obtienen las cosas.
Brindarle al niño la capacidad de reflexión sobre sí merece  o no cual cosa es importante. Sobre todo si ya su nivel de pensamiento es lógico deductivo.


FOMENTAR RESPETO A LOS PADRES
El respeto es un valor y como tal es necesario enseñarlo a través del ejemplo y debe hacerse un trabajo inicial en los padres para luego tratar de modificar este rasgo tan importante en los demás miembros de la familia, el respeto y buena comunicación entre ambos padres podría ser un inicio que aportaría positivamente grandes cambios en la formación de sus hijos, ponerse a de acuerdo a la hora de premiar  o castigar y no convertir estos en reforzadores negativos de conductas como las que presentan en la actualidad.


HABITOS DE ESTUDIO: sería trabajar en que tenga un horario fijo, en un mismo lugar, continuamente no unas veces sí y otras no. En donde el ambiente favorezca y estimule el deseo de estudiar. Donde no todo incite más al juego, por ejemplo el desorden genera desorden.





Responsable Psicp.Gorky Pérez

miércoles, 18 de julio de 2012

¿LA RESILIENCIA ES APRENDIDA O HEREDADA?


¿La Resiliencia es aprendida o heredada?



Antes de contestar esta interrogante dando mi impresión personal basada en lecturas, observaciones de nuestro día a día, considero necesario aclarar el termino “Resiliencia”.
Voy a compartir dos conceptos que me parecen importantes:


La resiliencia es la capacidad que tiene un individuo de generar factores biológicos, psicológicos y sociales para resistir, adaptarse y fortalecerse, ante un medio de riesgo, generando éxito individual, social y moral. Oscar Chapital C. (2011)


Capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o, incluso, ser transformado por ellas. La resiliencia es parte del proceso evolutivo y debe ser promovida desde la niñez (Grotberg, 1995, en Kotliarenco, 1997).


Ahora bien, ¿El Resiliente se nace o se hace?
Cuando  mencionamos el tema de la resiliencia no puedo dejar de pensar en dos situaciones muy puntuales, una es Japón una muy probada cultura resiliente.
 Japón tiene una vasta lista de grandes desastres: volcanes, terremotos, tsunamis, bombardeos e invasiones. Existe un orgullo tradicional en considerar que Japón se ha construido a base de sufrimiento.
Japón es un ejemplo de cultura enfocada en la resiliencia, esto significa poner mayor énfasis en lo que las comunidades pueden hacer por sí mismas y cómo se pueden fortalecer sus capacidades, antes que concentrarse en su vulnerabilidad ante el desastre o sus necesidades en una emergencia. Los términos “resiliencia” y “vulnerabilidad” son las caras opuestas de la misma moneda, pero ambos son los términos relativos.

(Cabe recordar que la resiliencia es la capacidad de absorber la presión o las fuerzas destructivas a través de la resistencia o adaptación, así como la capacidad para gestionar o mantener ciertas funciones y estructuras básicas durante contingencias y por último la capacidad de recuperación después de un evento).
En Japón el espacio es un bien escaso y la gente aprende a cooperar y compartir. El egoísmo, como en cualquier otro lugar, existe pero sobre todo se valora la “armonía social” por encima de otros valores como la “independencia” o la “libertad personal”. Eso significa subyugar los deseos personales. (Lonar Lake, India 2011)

Surge una interrogante: ¿Hay un aprendizaje cultural de la resiliencia?


Otro evento que me asalta rápidamente fue Edrey Manuel, al nacer prematuro en un hospital donde por causas de infección con bacterias morían a diario 15 a 20 niños, nacidos en la misma fechas con la misma condición de riesgo, con madres de edad  intermedias, la mayoría no sobrevivió, sólo unos pocos y luego estos mismos niños después de meses  salen fortalecidos con una mayor resistencias a las infecciones, a las condiciones ambientales y hasta emocionales. Lo que no mata, te hace más fuerte (“gaman”) 

Otra interrogante: ¿Quién enseña a estos R.N.  a tener y sentir la entereza para sobrevivir?


 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA5QUD3xX-q1-1pOYUrAfQDEHyPBKwwrxmbIqhsCG4K4xYhNDuu7lwyeQJUSZGJfa_BfWcTOkAUpX888mGk0KrIXRUKrjzWd8rl1NDheZ7bBFqJvJypIwwajSRkTyoJrHntakVe56Iic8/s1600/amor_universal.jpg

Creo responsable de mi parte mencionar un libro Resiliente. Se nace, se hace, se rehace (Kalbermatter, María y otros 2006) donde señala:
Las fuentes de resiliencia, que promueven actitudes que favorecen el desarrollo de habilidades que permiten enfrentar las situaciones de adversidad, y a la vez posibilitan a los sujetos salir fortalecidos, reside en tres amplios conjunto de factores:
  •          Las características de la personalidad.
  •          La disponibilidad de sistemas de apoyo externos, que alienten y refuercen los intentos de adaptación de los sujetos.
  •          El medio familiar y social.

Henderson Gotberg, investigadora actual  sobre esta temática sostiene que se pueden organizar los factores resilientes  en  cuatro categorías:

                              Yo Soy, yo estoy, yo puedo y yo tengo (apoyo)

 
 



Desde mi punto de vista, existen dos componentes que permiten que se de la resiliencia una es el componente cognitivo dada la necesidad del uso de memoria y  el otro el social.


Se observa que a mayor actividad cognitiva y a mayor capacidad intelectual aumenta la resiliencia, no sólo emocional, sino de las neuronas de los sujetos. Ciertamente que no es absoluta la relación «mayor nivel intelectual = mayor resiliencia», pero estadísticamente es muy frecuente. El sujeto con mayores conocimientos y mayor capacidad intelectual puede procesar y elaborar más eficazmente los traumas y los factores distresantes.
Los seres humanos siempre estamos expuestos a situaciones difíciles. El estrés constante, las carencias económicas o afectivas, el maltrato físico, emocional, psicológico, la pérdida de un ser querido, etc. 
Algunas personas sucumben ante estas situaciones. Otras logran resurgir como el ave fénix encendiendo su luz dentro de la oscuridad. Esa capacidad que les permite superarse, sacando fuerza y provecho de la crisis es la Resiliencia. Para desarrollarla es necesario fortalecer el poder personal. Esto implica la autoestima, autonomía e iniciativa, asertividad, independencia, la empatía interpersonal y social, la capacidad de tomar decisiones, la fe, la creatividad y la consciencia.


Investigaciones recientes como las de Diane Le Coutu (2002) sostienen que la resiliencia tiene tres pilares fundamentales que son igualmente válidos en los casos de enfermedades terminales, crisis sociales, en las olimpiadas y en las organizaciones: 1) Una fría comprensión y aceptación de la realidad; 2) Una profunda creencia que la vida tiene significado apalancada en valores muy sólidos; 3) Una extraña y misteriosa habilidad para improvisar “inventarse una” en medio de la adversidad.

El ser humano ante la adaptación a situaciones nuevas tiende a la búsqueda de la homeostasis o equilibrio; en esta búsqueda que conduce a la salud, al bienestar opta por respuestas preventivas y de protección cuando se perciben circunstancias adversas, de frustración o de peligro. Al desarrollar su resiliencia tiene la capacidad de revertir, transformar estas circunstancias a pesar de lo riesgos a los que se ve expuesto y se permite seguir desenvolviéndose incluso en un nivel superior a la situación vivida.

Esta salida o vía alterna fortalecedora que es la resiliencia depende de unas características de personalidad bien particulares que se pueden ir fomentando, entre ellas: formar personas socialmente competentes, con alta autoestima, con poder personal, permitirse reconocer debilidades y fortalezas, tolerancia hacia las personas y a la frustración, permitir la libertad de tomar decisiones y de resolver problemas, desarrollar habilidades comunicativas, desarrollar un sólido sistema de valores, satisfacer las necesidades básicas de afecto, sentido del humor, respeto, creatividad, autonomía, de apoyo de las personas significativas sobre todo de aquellas emocionalmente estables, trazarse metas, apoyarse en algún tipo de creencia religiosa, desarrollar conciencia de identidad, sentido de pertenencia.

En líneas generales se trata de utilizar alternativas de apoyo desde el plano personal, familiar, social que contribuirán a fortalecer la personalidad y hacerla estable para poder responder y recuperarse ante los enfrentamientos en momentos difíciles.

Referencia:

PUERTA DE KLINKERT, María Piedad (2002): "Resiliencia. La estimulación del niño para enfrentar desafíos". Buenos Aires-México: Lumen
Lonar Lake Japón: Una probada cultura resiliente. (2011)  
Kalbermatter, María Cristina. Resiliente. Se nace, se hace, se rehace. (2006)